Capítulo 60
Al cabo de unos cuantos días cuando don
Quijote y Sancho descansaban en un bosque, don Quijote cogió las correas de
Rocinante y con intención de azotar a Sancho, para contribuir así con el
desencantamiento de Dulcinea, se abalanzó sobre él. Sancho al ver la reacción
de don Quijote le inmovilizó hasta que este juró que Sancho se podría azotar
cuándo y cómo quisiera.
Sancho se alejó, por precaución, de don
Quijote y encontró a unos bandoleros ahorcados de unos árboles. Esto demostró
que estaban cerca de Barcelona ya que allí castigaban con esa pena a los
bandoleros capturados.
Por la mañana don Quijote y Sancho
fueron rodeados de improviso por unos bandoleros, cuyo jefe se hacia llamar
Roque Guinart. Hechas las presentaciones el bandolero se alegró de conocer a
don Quijote ya que había oído hablar mucho de él y tenia ganas de conocerle.
Al cabo de un rato se les acercó una
muchacha que era hija de un amigo de Roque la cual le pidió que la pasase a
Francia y que en su ausencia defendiese a su padre. Tras ser preguntada por el
motivo de esta huida la muchacha contó la siguiente historia de celos.
Vicente, hijo del principal enemigo de su padre y de Roque, le había dado
palabra de matrimonio a ella, pero esta tras oír que él ya se había casado le
mató. Después de su muerte se entero de que en realidad no estaba casado con lo
que su muerte había sido muy tonta y consecuencia de los celos de ella.
Después de esto los bandoleros trajeron
ante Roque a varias personas a las cuales solo robó una parte de su dinero,
pues no necesitaba más. Uno de sus hombres tras ver esto dijo que Roque debería
ser más samaritano que bandolero. Roque al oír esto mató a su hombre y dejó
libre a don Quijote y a Sancho para que prosiguieran su camino a Barcelona.
Al cabo de unos días llegaron don
Quijote y Sancho a un lugar desde el cual pudieron ver por primera vez el mar,
el cual describieron como lo mejor que habían visto en su vida.
Al cabo de un rato se les acercaron
unos caballeros que invitaron a don Quijote a su casa. Este hombre se llamaba
Antonio Moreno y se describió como amigo de Roque Guinart e invitaba a don
Quijote a pasar unos días en su casa de la ciudad.
Capítulo 62
En casa de don Antonio don Quijote y
Sancho pasaron unos días. El primer día después de comer don Antonio les enseño
un busto que según él respondía a todo lo que se le preguntase pero que aquel
día no podía hablar ya que los viernes no solía hablar.
Después de esto don Quijote, Sancho y
don Antonio salieron a dar una vuelta y sin que don Quijote se diese cuenta le
pusieron en su espalda un cartel que ponía: “este es don Quijote de la Mancha”.
Don Quijote al ver que todo el mundo le conocía se puso muy contento ya que se
demostraba así que era un hombre famoso por sus aventuras.
Por la noche en una fiesta a la que
asistieron dos muchachas sacaron a bailar a don Quijote y éste tras un rato
bailando acabó diciendo que le dejaran en paz esas muchachas que para él la
única mujer era Dulcinea del Toboso. Sancho al ver a don Quijote le acostó para
que descansara después de tan agitado baile.
Al día siguiente don Quijote y sus
amigos fueron a la sala del busto a hacerle preguntas. Lo que ellos no sabían
era que el busto hablaba porque conectado a él había un tubo por el que llegaba
la voz del sobrino de Antonio que sabiendo quien había junto al busto respondía
por conjeturas.
Las preguntas que le hacían eran
fáciles de responder ya que cuando Sancho le preguntó si volvería a gobernar el
busto dijo que gobernaría en su casa y que dejaría de ser escudero cuando
abandonase a su amo. A los pocos días don Antonio tuvo que dejar la broma ya
que sino la inquisición le castigaría.
A los pocos días don Quijote visitó una
imprenta y vio cómo en ella estaban corrigiendo el libro de Avellaneda al que
volvió a criticar diciendo que era totalmente falso.
Capítulo 63
Al día siguiente don Quijote y Sancho
fueron a visitar las galeras donde pudieron ver cómo eran tratados los galeotes
que allí se encontraban. Don Quijote y Sancho pudieron asistir a una
persecución en donde fue capturado un bergantín de corsarios de Argel. Cuando
ya habían apresado este barco decidieron colgar al capitán pero al ver que era
una mujer decidieron darle la oportunidad de que se explicara.
Doña Ana era la hija del morisco
Ricote, que iba en busca del tesoro de su padre. Ana se había visto obligada a
dar noticia de su tesoro al rey de Berberia el cual tenía apresado a su
prometido don Gaspar Gregorio, el cual para ocultarse se había disfrazado de
mujer. Doña Ana se había visto obligada a ir en esa nave con los moriscos que
habían matado a los dos españoles, por lo que ella no tenía ninguna culpa. El
virrey que estaba allí presente decidió perdonar la vida a doña Ana y mandó ir
a buscar a su prometido a Berberia.
Capítulo 64
Un día mientras don Quijote paseaba, armado, por la playa se encontró a un
hombre que se hacía llamar el Caballero de la Blanca Luna. Este le dijo que
había ido a buscar a don Quijote para hacerle confesar que su dama era más
bella que la de don Quijote. Al no admitir esto don Quijote, decidieron batirse
en duelo. El trato era que si don Quijote perdía debería admitir que su dama no
era la más hermosa y debería permanecer un año de vida sosegado en su pueblo
sin utilizar las armas. Si don Quijote vencía sería él quien decidiera acerca
de la vida del otro caballero y se quedaría con sus armas, fama y caballo.
Una vez en la batalla don Quijote salió derrotado y humillado frente al
Caballero de la Blanca Luna. Don Quijote se vio obligado a cumplir su palabra y
dijo que se retiraría un año de la caballería pero reafirmó que su dama era la
más bella del mundo. Después de la batalla el Caballero de la Blanca Luna se
marchó y a don Quijote le llevaron a la ciudad en una silla de mano.
Capítulo 65
Don Antonio que había perseguido al Caballero de la Blanca Luna hasta un
mesón descubrió que en realidad era el bachiller Sansón Carrasco que quería que
don Quijote volviese a casa a curarse de su locura. Don Antonio al oír esto le
dijo que era tonto ya que quería curar de la locura al loco más gracioso que
hay en el mundo, pero que no le diría nada de eso a don Quijote para que así
cumpliera su palabra.
A los pocos días del vencimiento don Quijote y Sancho volvían a su pueblo
ya que debía de cumplir su palabra. Don Quijote iba a caballo y Sancho andando
ya que el asno llevaba las armas de don Quijote.
Capítulo 66
Al pasar por el lugar donde don Quijote fue vencido recuerda el momento de
su vencimiento y se entristece. Sancho al oír a don Quijote le intenta consolar
diciéndole que él estaba contento a pesar de que ya no era gobernador de ningún
sitio.
De camino Sancho se quejo durante unos cuantos días de tener que ir
caminando porque las armas las tenía que llevar su asno, Sancho sugirió que
deberían colgar las armas en un árbol para poder así aligerar peso. Don Quijote
le regaña efusivamente ya que según él las armas no le habían hecho ningún mal
servicio.
Al cabo de unos días encontraron a dos vecinos que se habían sentado en una
carrera solo que uno era excesivamente más gordo que el otro. El gordo le
exigía al delgado que se pusiera un sobrepeso en el cuerpo para que así la
carrera estuviese igualada. Sancho al oír esto dijo que entonces porque no se
quitaba el gordo un equivalente en kilos para que la carrera estuviese
igualada.
De camino a casa don Quijote y Sancho se encontraron a Tosilos el cual les
contó todo lo que había sucedido en la casa de los Duques en ausencia de don
Quijote y les ofreció comida. Solo Sancho se detuvo un rato a comer algo pero
pronto se incorporó su amo.
Capítulo 67
Hablando de amores Sancho explica que no entiende en absoluto que es lo que
tiene él que ver con el desencantamiento de Dulcinea pero que se dará los
azotes cuando le apetezca.
Al pasar por un prado y ver unos pastores a don Quijote se le ocurre la idea
de convertirse en pastores durante el año que tendrá que estar parado. Al decir
esto Sancho y el propio don Quijote comienzan a fantasear acerca de cómo iban a
vivir siendo pastores y se comienzan a inventar nombres para todos sus amigos.
Hablando de ser pastores Sancho y don Quijote comienzan a ponerles a todos sus
amigos y parientes unos nombres pastorescos muy extraños y burlescos.
Capítulo 68
En mitad del sueño de don Quijote y Sancho, don Quijote se despierta y le
dice a Sancho que sería conveniente que se diera unos azotes a cuenta del
desencantamiento de Dulcinea. Sancho se niega una vez más y le dice a su amo
que duerma y le deje dormir.
Poco después de esto escucharon un gran estruendo don Quijote y Sancho y al
poco rato pasaron por encima de ambos personajes un centenar de puercos. Sancho
quiso matar a un par de ellos como venganza, pero don Quijote dijo que se lo
tenía bien merecido por haber fracasado como caballero.
Al día siguiente se les aparecieron unos caballeros armados que les
obligaron a acompañarles hasta la casa de los Duques.
Capítulo 69
Cuando llegaron a la casa de los Duques vieron a Altisidora tumbada en un
túmulo. Al parecer Altisidora había sido encantada y para desencantarla Sancho
debería darse veinticuatro mamonas, doce pellizcos y seis alfilerazos.
En ese momento entraron unas señoras que comenzaron a pellizcar y a pegar a
Sancho, pero los alfilerazos no se los dejó dar. En ese momento comentan don
Quijote y Sancho la virtud que éste tiene para desencantar doncellas ya que siempre
le toca a él pasar por esas cosas. Don Quijote aprovecha para pedirle a Sancho
que se dé un par de latigazos para desencantar a Dulcinea, solo que Sancho se
niega a hacerlo.
Capítulo 70
Don Quijote y Sancho se acostaron pero tardaron en dormirse porque
estuvieron largo tiempo hablando sobre los encantadores.
Se nos cuenta que los Duques sabían que don Quijote iba a pasar por allí
porque se loshabía dicho el bachiller Sansón Carrasco a su vuelta de Barcelona,
y habían decidido gastarle a don Quijote la ultima broma.
Entró por la noche Altisidora en la habitación de don Quijote y tras
decirle éste que su amor esa solo para Dulcinea, Altisidora comenzó a decir que
todo lo que había sucedido esa noche había sido fingido y que ella nunca había
estado enamorada de él.
Cuando se incorporaron a la discusión los Duques, Altisidora siguió
insultado a don Quijote llamándole feo y otro tipo de insultos relacionados con
su triste figura. don Quijote al poco tiempo decidió marcharse esa misma tarde.
Capítulo 71
Cuando don Quijote y Sancho se pararon en un bosque cercano don Quijote le
sugirió a Sancho que le iba a dar un cuarto de real por cada azote y Sancho
accedió. Al cabo de un rato azotándose Sancho le dijo a don Quijote que
subiera el precio a medio real y don Quijote accedió. Al cabo de unos azotes
Sancho comenzó a azotar a los árboles y de vez en cuando se quejaba para que
don Quijote no sospechara nada. Al poco tiempo don Quijote le pidió a
Sancho que parara que no quería que este muriera.
Capítulo 72
Al cabo de unos días entraron en un mesón en donde encontraron a un
personaje del Quijote de Avellaneda, don Álvaro de Tarfe, el cual acabó
reconociendo que aquellos que tenía delante eran los verdaderos don Quijote y
Sancho y no los que describía el autor de su libro, Avellaneda. Don Quijote le
pidió a don Álvaro que hiciese una declaración en la cual decía y afirmaba que
el Quijote de Avellaneda era totalmente falso y que todo lo que en él se decía
era mentira.
A la noche siguiente don Quijote y Sancho divisaron la aldea donde vivían y
desde lo alto de la colina Sancho se arrodillo y dijo que allí llegaban los
habitualmente habitantes de la aldea. Don Quijote y Sancho no estaban muy bien
parados pero allí se encontraban sanos y salvos.
Capítulo 73
De camino al pueblo don Quijote y Sancho encontraron al cura y a Sansón
Carrasco los cuales se alegraron mucho de que don Quijote y Sancho se
encontraron de vuelta en el pueblo. Una vez en el pueblo don Quijote se fue a
su casa con el ama y su sobrina y Sancho se fue a su casa con mucho dinero para
dar a su mujer.
Don Quijote les contó a sus amigos que tenía intención de hacerse pastor
durante ese año y les pidió que le acompañaran en su pastoreo. Los amigos de
don Quijote asintieron para que don Quijote no se marchara de casa otra vez y
volviera a las andadas.
Capítulo 74
Cuando llegó el médico a la casa de don Quijote y le vio dijo que sería
mejor que se fuese confesando ya que no le quedaba demasiado tiempo de vida.
Don Quijote al oír eso hizo llamar a sus amigos y les comenzó a decir que era
consciente de todos los peligros en los que se había metido pero que ya había
vuelto en sí y que ya era otra vez Alonso Quijano, el Bueno. Sus amigos le
intentaban animar diciéndole que pronto iban a ser todos pastores y que
Dulcinea ya estaba desencantada, pero Alonso Quijano les decía que no se
burlaran de él que ya era cuerdo. Tras hacer testamento y dejar una clara
muestra de que ya había vuelto a la cordura comenzó a criticar la actitud de
Avellaneda que había escrito un libro falso acerca de estupideces como las que
él había vivido.
Antes de morir, le dijo a su sobrina que, por favor, no se casara con un
hombre que conociera las novelas de Caballerías ya que éstas le acabarían
llevando a la locura. Y tras decir esto Alonso Quijano falleció.
José I. Sanchís 1º E
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